Hoy jueves, día 28 de enero, tendrá lugar la primera luna llena del año.
En las antiguas civilizaciones, los pueblos nativos crearon los nombres de las lunas llenas del año, a las cuales le atribuyeron “nombres de luna” y connotaciones místicas que, a lo largo del tiempo acabaron siendo adoptados por la casi totalidad de las culturas.
Los Celtas adoraban la luna como divinidad y creían firmemente en su influencia sobre las mareas, las cosechas y los ciclos femeninos. Además, representaba un elemento clave para registrar el paso del tiempo.
Esta primera Luna llena del año, “luna de lobo” lleva este nombre gracias a los nativos amerindios de los Estados Unidos, debido a que, en cada inicio de año, junto con la luna llena, aumentan los aullidos de los lobos fuera de las aldeas.
Los lobos aúllan para reunir su tribu o manada, para enviar una señal del emplazamiento de la manada, para avisar a otros lobos que se queden fuera del territorio de su tribu. Aunque asociemos a menudo los aullidos a la imagen de un lobo solitario, las manadas de lobos, aúllan frecuentemente en coro.
El lobo aporta un profundo sentimiento de fidelidad, de fuerza interior y de intuición. Tal como él, debemos atravesar fronteras y tomar riesgos e ir a menudo más allá de nuestros límites para madurar y crecer. En esta luna llena “luna de lobo” aprovechemos este momento para aullar con nuestra alma por el coraje y presencia espiritual de nuestras praderas internas y para el planeta.
Un abrazo en la mirada de un lobo.
José Luis Nuag